viernes, 11 de mayo de 2012

Capítulo 1

Me encontraba en el agua, intentando salir, aunque no podía. La corriente me arrastraba y con todas mis fuerzas intentaba salvarme, pero no podía. Seguía nadando y cada vez me hundía más. Vi que mientras las olas venían con cada vez más fuerza, una persona que venia con una lancha se tiraba a rescatarme, me tendía la mano, pero no lograba agarrarme...

#Un año atrás

-Julie despierta, nos tenemos que mudar ahora mismo. - Normalmente me encanta que mi madre me despierte por la mañana con esa voz tan dulce que tiene, pero "mudarme ahora mismo" en estos momentos no me hacía mucha gracia, ni en estos momentos ni en ningún otro, total me seguía disgustando la idea de tener que irme con un señor al que tendré que llamar padre o papa, que, para mi, tenia muchos defectos, no se que ha visto mi madre en él. Tampoco me hace gracia la idea de tener que llamar papa a ese señor, yo ya tengo un padre, y no le voy a cambiar por nada ni nadie.
Eran principios de verano y mi pesadilla estaba empezando a cobrar vida, llevaba más de tres mes intentando escapar de esta situación, y que no llegase este momento, pero tengo dieciséis años y no me puedo alquilar un piso, y mucho menos vivir sola en la casa en la que he vivido desde que tenía cinco años, ya que, mi madre la había alquilado a una familia.
-Mama ¿es necesario que vaya yo también?
-Julie, ya hemos hablado de esto, me prometiste que ibas a venir conmigo sin quejarte
-Ya pero es que...- no tenía nada que decirla, y lo que pensaba no se lo iba a decir, podría afectarla mucho
-Ya me levanto...- la dije muy a mi pesar
-¡Asi me gusta! Cuando lleguemos a casa de Tom desayunaremos allí, así que solo te tienes que vestir y nos vamos.- Veía como sonreía mientras que yo... yo ... me volvía a tirar a la cama
Ideas tontas, muy tontas vinieron a mi cabeza en esos momentos, pero ¿se puede quemar ropa en un piso? mejor que no lo pruebe, no quiero dejar a nadie afectado. Me vestí y baje las escaleras, fui a la puerta, mire a mi madre y mientras cerraba la puerta dije  con un tono bajo "adiós casa, te echaré de menos" me despedi del lugar en el que había crecido y pasado los mejores momentos de mi vida. Mientras estaba en el coche se me caía alguna lágrima, tenia que decir adiós a mi barrio Notting Hill que para mi es el mejor barrio de todo Londres, donde he conocido a mis mejores amigas Susan y Lucy, y ahora a ellas también tenia que dejarlas, lo único bueno es que podía seguir viéndolas... pero se que no volvería a ser  lo mismo. La casa donde la que iba a vivir los próximos tres años estaba en el campo, un poco apartada, pero no os penséis que era una casa típica de esas tipo Heidi, no, es una casa lujosa,mas bien una mansión, demasiado cara para mi gusto y eso a mi me da asco. George el señor que es el dueño de la casa, mi padrastro, es un señor importante que dirige una importante empresa no se sobre que es, pero por lo que me han dicho da mucho dinero. Llegamos a la casa y mi primera impresión fue que era demasiado grande y bonita, mi otra casa no se puede comparar con esta, se nota a leguas, pero sigo prefiriendo vivir en la otra.
-Hola señorita Bloom y señora Bloom ¿qué tal las ha ido el viaje?- nos abrió la puerta un señor, que sinceramente no se quien es, pero parece ser el mayordomo.
-Hola, llámame Julie, no me gusta que me llamen por el apellido.- le dije
-Vale señorita Julie
-¿Tú como te llamas?
-Yo me llamo Alfredo señorita, ¿me permite llevarla sus maletas?
-E... claro...- le sonreí, no estaba acostumbrada a que hagan las cosas por mi por que me gusta ser auto suficiente, pero nueva casa nuevas reglas, yo ya no mando en nada, seré la hija perfecta. Aunque claro, luego están mis hermanastras Amy y Megan, que aun no conozco, seguro que son unas hijas perfectas, con el pelo precioso, unas notas excelentes... bueno, con el tiempo ya veré.
Mi madre y yo nos sentamos en el sofá esperando a que George salga de la reunión en la que estaba.
-Bueno que, ¿te gusta la casa?- pregunto mi madre rompiendo el silencio
-Bueno... prefiero la nuestra
-Ahora esta es la nuestra
-Mama, sabes que nunca podré vivir agusto aquí
Unos golpes cortaron nuestra conversación, el mayordomo Alfredo y mi padrastro George estaban pasando por la puerta.
-Hola querida- dijo George mirando a mi madre
-Hola querido ¿qué tal tu reunión?
-Pues como siempre, muchos líos, ¡pero así es la vida!- me miro y sonrió- ¿qué tal estas Julie?
-Bien- mi tono fue un poco malhumorado, pero a la vez sincero, no me hacía ninguna gracia lo que estaba pasando
-¿Has visto ya tu habitación? esta totalmente renovada- me comento George
-No aun no he subido a la segunda planta a ver lo que hay
-¡Si no esta en la segunda! tu tienes tu propia planta ¡para ti sola!-sonrió-Alfredo acompaña a Julie a su cuarto
-Claro señor- hizo una especie de reverencia y nos marchamos
Subimos tres pisos y llegamos a lo que iba a ser mi habitación, que mas bien tendría que llamarse mi casa, por que ese sitio tenia de todo, un baño, una sala de cine, un pequeño salón, mi cuarto, y lo que mas me gustaba ¡una maquina para hacer palomitas!
-Voy subiendola las maletas, ahora vuelvo- me dijo Alfredo
-¡Vale!- le dije sonriente
Por fuera era feliz, pero por dentro me preguntaba tantas cosas... ¿por qué era feliz? aunque me guste mucho mi nueva casa, lo bonita que es, y todas las cosas que tiene... ¿acaso me he vuelto una egocentrica que solo piensa en las cosas materiales? Vivir aquí va a hacer que pase por muchas experiencias, espero que al final no me vuelva loca









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