miércoles, 16 de mayo de 2012

Capítulo dos

En la oscuridad de mi nuevo dormitorio  estaba escuchando música en los auriculares, todo parecía venirse abajo, mi mundo había dado una vuelta de trescientos sesenta grados y estaba demasiado mareada. Mi soledad se hacia mas grande por momentos, lo único que me mantenía en vida era el saber que mi madre era feliz, ella es todo para mi, y su felicidad es lo mejor que me puede pasar. Recordaba los momentos vividos en el pasado, cuando mis padres estaban juntos y todo era precioso. Sigo guardando rencor a mi padre por lo que nos hizo, pero igualmente es mi padre y le querré siempre. Lagrimas caían por mi mejilla, hasta que alguien llamo a la puerta y me reincorpore secándome ese rastro de tristeza que había quedado marcado por un momento en mi rostro.
-Señorita Julie, la cena ya esta lista, George y su madre la señora Miranda la están esperando- me dijo Alfredo desde la puerta
-Diles que ahora voy, me tengo que vestir
-Esta bien, ¿quiere que la espere hasta que se vista?
-No, gracias, puedes irte
Cerro la puerta y más tarde levante las persianas, abrí las ventanas y corrí las cortinas, para que la claridad invadiese cada rincón de mi dormitorio. Me metí en la ducha para despejar mi mente, tenía que pensar en muchas cosas, pero no quería hacerme esperar, asi que sali rápido, me seque el pelo, me hice una trenza y me puse un vestido de color rosa palo. Mientras que bajaba las escaleras, un presentimiento vino a mi. Pasé al comedor mirando al suelo, mire al frente, y vi a mis dos hermanastras Megan y Miley, a mi padrastro George, a mi madre y una mujer al lado un hombre que no había visto nunca, pero lo que más me llamo la atencion fue él chico que estaba con ellos, posiblemente sea su hijo. Había dos sitios libres, uno al lado de él chico y otro entre Megan y Miley, prefería sentarme al lado de alguien que no conozco a sentarme al lado de mis hermanastras, todavía no las conocía y a él tampoco, pero... algo en él me llamaba mucho la atención y aun no sabia que era.
-Hola- dije.- siento mucho el retraso.
-No pasa nada- me dijo George- Bueno continuando con lo de antes, ¿os gusta vuestra nueva casa?- se rió junto con mi madre
-Sí, es preciosa y está muy iluminada- respondió la mujer desconocida
-¡A mi me encanta!- añadió el hombre
Esperaba que él chico dijera algo también, pero sin embargo se quedo callado. Durante toda la cena nos echamos miradas y nos sonreímos el uno al otro.
Acabé de cenar y me fui al jardín trasero a mirar las estrellas mientras que mojaba los pies un poco en la piscina. Al poco tiempo oía como unos pasos se acercaban a donde yo estaba y una voz me decía algo
-Hola- me dijo él mismo chico de antes
-Hola ¿Qué haces aquí?- le pregunte
-Estaba harto de estar allí, con gente tan...
-¿Pija? tengo que hacerme a la idea de que ahora es así mi familia
-La mía también es así, solo que ahora vivimos en un sitio mas pequeño... bueno me imagino que sabrás donde
-No, no sabía ni que veníais a cenar, ni siquiera se como te llamas
-Me llamo Daniel
-Yo me llamo...
-Julie.- me cortó antes de poder decirlo- se quien eres
-Encantada Daniel- me acerque a él y le di un apretón de manos
-¿Un apretón de manos?- me miro incrédulo
-¿Qué quieres que te de un beso en la boca?- me empece a reír
-No estaría mal que quieres que te diga- también se rió, me puso morritos, pero, yo le aparte con la mano la cara hacía un lado. -¡Al agua pato! -dijo Daniel empujándome a la piscina.
Parecía que me estaba ahogando, se nadar, y en el sitio en el que estaba llegaba a tocar el suelo, pero quería que Daniel se tirase conmigo también así que fingí un poco. Como esperaba se tiro a por mi, y cuando salió a flote otra vez me empece a reír como una loca
-Ahora tu también estas mojado- dije entre risas
-¡Qué mala eres!- grito
-Lo se, me viene muy bien para el cutis- no podía parar de reírme
-Estas muy guapa en el agua
-¿Soy fea seca o qué?- dije en tono serio
-¿Estas de broma? eres preciosa
-Si bueno, lo que tu digas
Me fui al otro lado de la piscina, a la parte donde más cubría. Daniel me siguió, y decidí meterme debajo del agua a bucear, él hizo lo mismo y nos miramos durante un momento el uno a el otro. Cuando ya no podíamos aguantar más sin respirar, nos subimos a la superficie, y él se acercaba más y más a mi en cada milésima de segundo que pasaba, hasta que nuestros labios quedaron a un escaso centímetro. Pero yo no quería que eso pasara, así que me aparte y salí de la piscina cogiendo una toalla y pasando a la casa, cuando me di la vuelta le mire, y vi que aun estaba en la piscina, en el mismo sitio donde casi... nos besamos. Pase dentro y vi a mi madre y a George junto a los padres de Daniel, intenté que no me vieran, pero era casi imposible, la puerta estaba completamente abierta y ellos estaban el el pasillo donde están las escaleras.
-Julie ¿qué ha pasado? ¿qué haces mojada?- me dijo mi madre
-Nada mama, me he caído a la piscina.
-Anda ¡que patosa eres!- me dijo la madre de Daniel
Si supieses lo patoso que es tu hijo que casi se cae en mis labios.
-Si, me suele pasar
-Hija estábamos hablado de que Daniel se va a quedar a dormir aquí siete días porque sus padres se tienen que ir a Nueva York durante una semana por problemas de negocios. ¿te importa que duerma en tu habitación?
-¿No hay más habitaciones aparte de la mía?
-Están todas en reforma menos la de tu madre y la de tus hermanas- añadió George
-¿Y el sofá del salón?
-¡Hija! ¡no seas maleducada!- me grito mi madre
-Esta bien... puede dormir conmigo
Mi mente se quedo en blanco durante unos instantes... esta semana va a ser muy difícil.

1 comentario:

  1. Me gusta mucho esta historia!! Espero k la sigas escribiendo! Animo!!

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